Vida en la calle
Hay un estimado
100 millones de niƱos
viviendo en las calles del mundo hoy ...
La mayorĆa de nosotros hemos oĆdo hablar de ellos o quizĆ”s los hemos visto en las noticias.
A veces, las necesidades son tan enormes y las condiciones tan difĆciles que podemos tender a sentirnos abrumados.
ĀæDe dĆ³nde vienen estos niƱos?
Que paso para conducir
ellos a las calles?
ĀæQuĆ© podrĆa hacer
una diferencia en sus vidas?
Empiezan como vĆctimas en sus propios hogares de abandono,
abuso fĆsico, abuso sexual o pobreza extrema.
Los niƱos que viven en estos hogares a menudo comienzan a alejarse de sus familias, pasando mĆ”s y mĆ”s tiempo cada dĆa en la calle hasta que, finalmente, realmente viven allĆ. A veces, un niƱo es expulsado de su hogar abruptamente debido a un cambio repentino en la dinĆ”mica familiar, la muerte de un miembro de la familia o el rechazo de los padrastros.
En algunos casos, es mƔs seguro para ellos vivir en la calle que en casa.
Finalmente, sale a las calles con la esperanza de escapar de sus problemas solo para cambiarlos por otros, como la explotaciĆ³n sexual y el crimen.
La vida de un niƱo en la calle es desesperadamente solitaria , incluso cuando estĆ” rodeado de gente. Vive la vida al margen, con frecuencia drogado con los inhalantes o drogas que pueda encontrar para aliviar su hambre, para sentirse caliente en el frĆo, para lidiar con sus sentimientos de miedo y desesperaciĆ³n, y escapar de la dura realidad de su vida.
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Estos niƱos trabajan duro todos los dĆas para sobrevivir.
La mayorĆa de las noches, dormirĆ”n en la acera de concreto frĆo, tĆŗneles de alcantarillado, techos o estacionamientos. Estos niƱos estĆ”n expuestos a violencia y comportamientos ilegales todos los dĆas. Las pandillas o las autoridades locales pueden golpearlos si los detectan. Se ven obligados a luchar por el resto de sus vidas por su cuenta sin ningĆŗn gobierno o ayuda de sus padres.
CĆ³mo llegamos a los niƱos
Desafortunadamente, la mayorĆa de las ciudades del Tercer Mundo no tienen albergues para jĆ³venes ni otra infraestructura adecuada en lugares a los que puedan ir niƱos como estos. La Ćŗnica esperanza que tienen estos niƱos es sobrevivir. Su Ćŗnico sueƱo es no pasar hambre, y su Ćŗnica posibilidad es que alguien, en algĆŗn lugar, los ayude.
Dios quiere penetrar en la vida de los niƱos de la calle. Quiere que amemos a los no amados . Nuestra pasiĆ³n es adentrarnos en las zonas abandonadas de las ciudades y hacer brillar un rayo de esperanza en la vida de los niƱos que viven solos y desolados en la calle.
Hacemos un esfuerzo por acercarnos a ellos y encontrarnos con ellos justo donde se encuentran. Sucio, hambriento, incluso drogado. Es fundamental que los amemos como son . Esto nos permite establecer confianza y relaciones con los niƱos desde el principio. Nuestro contacto continuo con los niƱos que aĆŗn estĆ”n en la calle varĆa dependiendo de la participaciĆ³n de voluntarios nacionales, capacitados y preparados, para llegar con amor a ellos de manera efectiva. Nuestro deseo es tener personas que se preocupen constantemente y que se comprometan a pasar tiempo con estos niƱos, desarrollando relaciones saludables con ellos escuchĆ”ndolos, preocupĆ”ndolos y ayudĆ”ndolos en sus situaciones.
Alcanzar esta meta requiere la participaciĆ³n de los creyentes en las iglesias locales con un corazĆ³n para alcanzar a estos niƱos. Se necesita una profunda convicciĆ³n de que son valiosos a los ojos de Dios y estĆ”n listos para el compromiso de invertir el tiempo y los recursos necesarios. Se necesita tiempo para romper los muros de la desconfianza y ganarse el derecho a ser escuchados por estos niƱos. Dedicar nuestro tiempo a ellos demuestra nuestro compromiso con ellos. Esto ofrece una soluciĆ³n a los niƱos para su soledad y desesperaciĆ³n. Nos esforzamos por desarrollar esta Ć”rea vital del ministerio de NiƱos de la Luz .